Tener un cuerpo 10, es decir, cuerpo sobresaliente, no siempre viene determinado por la naturaleza. En muchas ocasiones es fruto del esfuerzo personal: una alimentación adecuada y el ejercicio físico oportuno. Pero por encima de todo, EL SENTIDO COMUN y el consejo del especialista deben ser directrices que marquen cualquier esfuerzo.
Dicen los psicólogos que la angustia provoca estrés y, por consiguiente, falta de método, comidas compulsivas y kilos de más. Partiendo de esta premisa, cada cual ha de ser MUY SINCERO consigo mismo a fin de determinar qué es lo que quiere y qué es lo que puede conseguir. Jamás tendrá cintura de avispa una persona de complexión grande y no por eso ha de resultar menos atractiva que la otra. Lo importante es mantener las adecuadas proporciones y no permitir que la grasa se aposente como dueña y señora del propio cuerpo de manera gratuita, molesta y poco saludable.
¡Pero nada de angustia ni de martirios psíquicos! Cuando una se acepta a sí misma ya tiene ganada la mitad de la aceptación de los demás. Cuando se decide comenzar un régimen hay que hacerlo con tenacidad y constancia. Mejor que de modo temporal, lo adecuado es adoptarlo como un hábitos de vida, una educación que nada tiene que ver con las modas.