Composición corporal
Al aumentar la actividad física se modifica la composición del cuerpo. Si el peso corporal total no cambia, aumenta la masa ósea y muscular y disminuye la grasa corporal, aumenta la masa corporal magra a expensas de la grasa, lo que quiere decir que al iniciar actividad física intensa no necesariamente se perderá peso corporal.
La magnitud de estos cambios es proporcional a la intensidad, duración, y frecuencia del ejercicio. En sujetos un tanto obesos que antes desarrollaban una vida sedentaria, el añadido de una actividad de 900 calorías por semana distribuida en tres sesiones de ejercicio de una hora, es suficiente para disminuir la grasa y aumentar la masa corporal magra.
La influencia del ejercicio sobre la composición corporal no es duradera. Al suspender el entrenamiento, vuelve a acumularse grasa en el cuerpo. La grasa se deposita por adaptación metabólica el, tejido adiposo. Cuando el cuerpo no se mueve, las células adiposas almacenan más grasa. Durante la inactividad disminuye la utilización metabólica de los ácidos grasos; estos productos se liberan con mayor lentitud a partir de los depósitos de grasa, y esta se acumula.
La masa adiposa de las personas obesas representa un esfuerzo por sobrecarga que afecta a otros órganos y sistemas del cuerpo. La pelvis de la persona obesa se ensancha para adaptarse al peso. Los huesos largos y los músculos posturales (antigravitacionales) Se hipertrofian y se alargan por el exceso de grasa. Este tipo de levantamiento de peso estático no representa un ejercicio que permita utilizar los metabolitos de la grasa como combustible.