sábado, 9 de diciembre de 2006

BENEFICIOS DEL TRABAJO CARDIOVASCULAR:

El ejercicio cardiovascular es uno de los componentes más importantes de la forma física, además del beneficio que aporta en el control de peso, beneficia de forma significativa nuestro sistema cardiorrespiratorio (corazón y pulmones).


Los términos ejercicio cardiovascular, aptitud cardiorrespiratoria y el ejercicio aeróbico son todos sinónimos.


Este tipo de ejercicio requiere el movimiento de grandes músculos durante un periodo de tiempo, elevando la frecuencia cardiaca por lo menos al 60% del nivel máximo. Estos ejercicios se pueden realizar en la Cinta de andar o correr, Bicicleta Estática, X-Trainer, Elíptica o Remo. También se puede realizar por medio de cualquier otra actividad repetitiva que pueda desempeñarse a lo largo de un periodo extendido de tiempo.


El ejercicio cardiovascular aporta diferentes beneficios, entre ellos y uno de los más motivadores, es el control de peso mediante la disminución del porcentaje de grasa corporal. Además de eso, también mejora la circulación, disminuye la Presión Arterial y aumenta el HDL (colesterol bueno) que son las lipoproteínas de alta densidad responsables de quitar o reducir el LDL (colesterol malo). Mantiene los niveles de glucosa, estimula la secreción de insulina (esto aumenta el flujo de sangre y densidad capilar a los músculos activos), aumenta la eficiencia del corazón y función pulmonar, disminuye la ansiedad, la tensión y la depresión.


Cuando realizamos un trabajo cardiovascular trabajamos el aparato Cardiovascular y el aparato Respiratorio:

El Aparato Cardiovascular:
El aparato cardiovascular es el encargado de transportar el oxígeno y las sustancias nutritivas a través de la sangre a los diferentes tejidos.

Está formado por:
• El corazón: que hace de bomba impulsora de la sangre.
• Los vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas): son las cañerías por las cuales circula la sangre.


El corazón bombea sangre que transporta, por medio de los vasos sanguíneos, el oxígeno y los nutrientes que necesita la célula para obtener energía.


El corazón es uno de los órganos en los que mejor se puede observar las repercusiones del ejercicio. Una actividad física de baja intensidad y larga duración (60%-70% de Frecuencia Cardiaca) aumenta el volumen de las cavidades (cabe más sangre en las aurículas y ventrículos) y las paredes (miocardio) se hacen más gruesas. Gracias a esto, la masa muscular y la contractibilidad cardiaca sufren un incremento, lo que hace que se envíe sangre con más fuerza al aparato circulatorio. Estas mejoras debidas a la actividad física se reflejan en un aumento de la eficacia de bombeo, lo que ocasiona un descenso de la frecuencia cardiaca en reposo. Es decir, con un número más bajo de latidos se expulsa el mismo volumen de sangre, y el corazón realiza un trabajo más cómodo (una persona tiene menos pulsaciones por minuto en reposo cuando está entrenada que cuando no lo está).


Otro efecto importante de la actividad física sobre el aparato cardiovascular es el aumento de la capilarización, tanto cardiaca (vasos encargados de irrigar al propio corazón) como de la mayoría de los músculos, órganos y tejidos, a la vez que se mantiene la elasticidad arterial, que es uno de los factores facilitadores de la circulación sanguínea.


Se previene la aparición de arteriosclerosis (o disminución del calibre de los capilares), con lo que se ayudará a evitar la aparición de embolias y enfermedades coronarias.

El Aparato Respiratorio
El aparato respiratorio está implicado en la captación del oxígeno (O2) contenido en el aire atmosférico, y en la eliminación del dióxido de carbono (CO2) sintetizado en el organismo como producto de desecho. Asegura el intercambio gaseoso entre el aire atmosférico y la sangre.


Está formado por:
• Vías respiratorias superiores: la nariz y fosas nasales, faringe y laringe. Se encargan de calentar, humidificar y filtrar el aire inspirado.
• Aparato bronco-pulmonar: Está formado por la tráquea, los dos bronquios principales y los pulmones (que a su vez poseen bronquiolos y alvéolos).


La actividad física aumenta el metabolismo del organismo y, por tanto, las necesidades de oxígeno.


Respecto a los pulmones, la frecuencia y amplitud respiratoria se ven elevadas gracias al incremento de la capacidad pulmonar (capacidad vital y máxima capacidad respiratoria) y la eficacia de la musculatura respiratoria. Las posibilidades de ensanchamiento de la caja torácica también aumentan gracias a los músculos que se encargan de realizar ese trabajo (diafragma, intercostales, transverso y oblicuos).


Se incrementa además la cantidad de hemoglobina de los glóbulos rojos y, dado que es la responsable de captar el oxígeno de los alvéolos, su transporte hasta los tejidos, el intercambio de CO2 y la expulsión de éste en el saco alveolar, se verán mejorados.


Con este entrenamiento cardiovascular lograreis el complemento necesario que vuestro cuerpo necesita, junto a las clases de Pilates, para llegar a un equilibrio saludable.